sábado, diciembre 20, 2003

19 de Diciembre

Ayer, hace 5 Gloriosos años (en los que he conocido gente bella y cuando digo bella no es precisamente belleza física) fue mi Graduación del Bachillerato. Pero desafortunadamente para mí no fue una fecha precisamente de festejos. Ese día en el que uno salé de la escuela, con muchas espectativas acerca de lo que va a hacer (espectativas que se desmienten luego, cuando ya te has estrellado con el mundo) sólo pensaba en una cosa: quería celebrar la fecha con mis amigos. A algunos de ellos tenía más de 10 años de conocerlos, otros aproximadamente 8, 6 años, otros menos. El hecho era que quizas a algunos de ellos no los volvería a ver más (como efectivamente ha pasado).
Regrese a mi casa y recibí muchas felicitaciones (con dinero incluido). Algunas muchachas que ni si quiera me saludaban, también fueron a felicitarme, hubo brindis y todo eso que siempre se hace. Esa era la idea de celebración de mi mamá, y no que me fuese con mis amigos. Fue entonces cuando ella decidió que debía quedarme en cas, que salir a las 9:30 de la noche era muy peligroso, que si no sabía exactamente donde era la fiesta yo no iba, y un sin fin de excusas más que usan las madres para hacer sentir culpables a los hijos.
Esa noche entre en depresión. Y eso parece que hizo apiadarsele el corazón. Me dijo que la disculpara, que podía ir, etc. Pero ya era tarde, yo no estaba dispuesto a salir de ahi de mi cuarto no se en cuanto tiempo.
Ese es un día que no me gusta recordar pero después de todo si lo comento me quitaré una carga de encima.

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