Abismo Generacional
Hola.
Yo siempre había escuchado hablar sobre los abismos generacionales, padres que no entendían a sus hijos y otras cosas así y pensaba, "esto es absurdo" como es que a uno le dejen de gustar las cosas nuevas", pero esto lo viví y creanme que es muy feo.
Fui invitado al quinceañero de una vecina y en el cual nuestra familia colaboró con la música para dicha casa. Ahí estuvo el primer problema: Me fue difícil imaginar como a los muchachos de 15 años (tan solo una diferencia de 7 con respecto a mí) preferían escuchar hasta media hora seguida de Reggaeton, Vallenatos de la nueva ola, etc. y rechazaban cualquier insinuación de música considerada por mí (y por muchos otros de mi generación) como música buena. Y no lo hacían con el pretexto de que era mala. El pretexto es que era vieja!!!!
El segundo inconveniente fue cuando al llegar a la fiesta me dí cuenta de que era muy difícil entablar conversación con los muchachos allí reunidos, en primer lugar porque los temas de conversación se verían muy reducidos, y en segundo lugar porque a ellos les parecerá más interesante hablar con alguien de su edad que con alguien 'más viejo'.
En ese instante fue cuando recordé los sucesos de otro quinceañero dos años atras en el que nos toco (a otros amigos y a mí) irnos a una taberna 'para viejos' a escuchar 'música de viejos'.
1) Macondo era entonces un aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. Esta es muy conocida. Cien años de Soledad. Y tengo la ventaja de que me la leí por primera vez hace como unas 2 semanas. Pero aunque no la hubiese leído, todo colombiano debería identificar a quien pertenece Macondo.
2) Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las forecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente "¿...?", y viene a mi con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
4) ¿Qué veo? ¿Una copa apretada en la mano de mi fiel amo?
5) Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no legaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años, era de comprensión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Y esta última es una novela inspiradora del día del idioma: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Me leí esta magnifica obra cuando estaba en undécimo grado de bachillerato, como requisito en una materia. La leí en un librito de esos que son sencillitos y actualmente me sorprende ver que existan copias del tamaño de una Biblia (aunque podría considerarse como la Biblia del idioma).
